El dinamismo en las exportaciones mexicanas y por ende la demanda de espacios industriales es una consecuencia del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), por lo que es necesario para el país cuidar los acuerdos comerciales para mantener este dinamismo en beneficio del sector inmobiliario industrial, coincidieron especialistas.
Claudia Esteves, directora general de la Asociación Mexicana de Parques Industriales (AMPIP), señaló que si bien el T-MEC arrancó en plena pandemia, México se benefició de los ajustes en la cadena de suministros, donde comenzó a privilegiar la cercanía de los proveedores y por consecuencia la demanda de espacios inmobiliarios industriales tomó mayor dinamismo.
“Un hecho es claro, el T-MEC tiene que ver con bienes y servicios que cruzan fronteras, requieren condiciones propias para la producción, y es aquí en donde podemos hablar de los parques industriales en México, que son el primer eslabón de esta cadena de suministros”, acotó.
En el caso de los espacios dedicados al segmento logístico, la representante de los administradores de parque industriales señaló que la disponibilidad actualmente se ubica en 2.2%, desde una tasa de 5% del 2019.
Origen de empresas inquilinas de AMPIP:
- 36% México.
- 33% Estados Unidos.
- 20% Europa.
- 8% China y otros países asiáticos.
- 3% Canadá.
Fuente: AMPIP
Más que geografía, abastecimiento
Para Claudia Esteves, si bien es positivo y desde el sector privado se apoya el desarrollo de parques industriales del Bienestar, planeados para atender la región sureste y otras zonas sin vocación industrial, lo relevante será garantizar a las empresas el abastecimiento de recursos.
“Donde se instalan las empresas, México debe garantizar tres cosas: energía o gas natural, porque sin ellos no se puede operar, por ello es tan importante la discusión y resolución del T-MEC, para seguir pensando no solo en el suministro eléctrico normal, sino también los compromisos de energías limpias y sustentables que hoy tienen las empresas globales a nivel mundial”, apuntó.
“Sin duda el agua, que en México sigue siendo un tema”.
La directiva ejemplificó que empresas de la industria mueblera y textil que buscan instalarse en México podrían llegar a zonas del sur del país, donde la falta de agua aún es un tema tratable.
“Tenemos que asegurar que las inversiones que llegan a México se lleven a cabo de forma responsable, resiliente (…) Es necesaria la sustentabilidad”, apuntó Esteves.
Por su parte, Agustín Filippo, economista principal del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), comentó que la Comisión Federal de Electricidad ya cuenta con un plan para abastecer de energía las zonas del sureste del país en la que el Gobierno busca detonar zonas industriales.
Sin embargo, el reto es, dijo, que, aunque ya hay un plan de las subestaciones que atenderán la demanda intensiva de parte de empresas esta pueda ser atendida en la práctica.
“Hay una planificación, pero hay que ver exactamente a quién atenderá cada una de sus partes, porque la planificación se hace para el usuario promedio, pero hay que ver lo que termina pasando”, explicó.
La oportunidad de ser vecinos
Kenneth Smith, socio de la consultora AGON Economía y Derecho, consideró que para la industria establecida en México debe ser una oportunidad tener un acuerdo comercial con Estados Unidos de vecinos y un acuerdo comercial regional como el T-MEC.
Recordó que Estados Unidos aprobó un paquete de inversión de 52,000 millones de dólares para la industria de semiconductores, para impulsar la llegada de empresas de este segmento, por lo que además de recursos humanos, se requiere una relación entre el sector privado y el gobierno.
“Uno de los elementos esenciales para que funcione a largo plazo este tema de libre comercio y de integración económica que hemos creado en América del Norte, es implementar correctamente el Tratado”, dijo el especialista.
“Otro tema es cómo aprovechamos el Tratado para seguir atrayendo inversión, pero sobre todo en los sectores del futuro”.
Con información del ECONOMISTA